Todos hemos realizado algún tipo de ejercicio físico alguna vez en nuestra vida y, seguramente, nos ha resultado sencillo comenzar e incluso continuar con el mismo a lo largo del tiempo. También hemos sentido que, a pesar de haber pasado un tiempo sin realizar ejercicio físico, nos hemos adaptado a un entrenamiento de una hora sin apenas problema. Tan solo algunas agujetas en los días siguientes que se han resuelto con el paso del tiempo. ¿Pero qué ocurre cuando pensamos en comenzar a meditar? ¿Podemos estar una hora meditando si, previamente, no lo hemos experimentado o hace tiempo que no meditamos? La respuesta es: NO. Y la explicación es que la quietud es más difícil de conseguir que el movimiento. En este artículo vamos a verlo y dar algunas claves para comenzar con esta técnica que tiene efectos altamente beneficiosos para nuestra salud.
Comencemos con unas frases de Pablo d´Ors extraídas de su obra “Biografía del silencio”:
“Es maravilloso constatar como conseguimos grandes cambios en la quietud más absoluta. Porque no es solo que el silencio sea curativo, también lo es la quietud. Ante todo, hay que decir que el silencio en quietud es muy diferente al silencio en movimiento”
Quizás ese silencio en quietud a que hace referencia este autor pueda referirse, en un concepto muy general, a lo que representa la meditación, pues, aunque existen muchísimas clases de meditación, son la quietud y el silencio los ingredientes fundamentales para llevar a cabo este proceso. No obstante, vamos a presentar dos tipos de meditación para realizar en casa: una meditación budista Zen y otra meditación taoísta.
La meditación budista Zen va a centrarse en la realización del Zazen, que sería encontrar un equilibrio entre Samatha (calmar la agitación mental, corporal y emocional mediante una posición correcta de pulgares y una espiración larga y profunda) y Vippasana (estado continuo de atención). Primero se debe realizar un control de la respiración y lograr una imparcialidad mental (Samatha) para llegar a la investigación sutil de la mente sobre el objeto (Vippasana). Tal vez para comenzar en este tipo de meditación sea necesario acudir a un centro Zen o buscar un maestro de esa rama budista que nos ayude en nuestro camino. Seguramente, cuando hayamos adquirido esta técnica de meditación podamos practicarla a diario en nuestro hogar.
La meditación taoísta está explicada en este video de nuestro canal de youtube. Quizás este tipo de meditación se adapte mejor a quienes quieren comenzar a practicar esta técnica y aún no se han atrevido. Aquí está el enlace:
Sea cual sea el tipo de meditación que vayamos a realizar, tal y como decíamos al inicio de este artículo, simplemente, con la quietud y el silencio vamos a lograr unos BENEFICIOS IMPORTANTES PARA NUESTRO ORGANISMO: mayor concentración en nuestra vida diaria, mayor calma en nuestros actos diarios, así como una rebaja del estrés oxidativo lo que repercutiría en un retraso en el envejecimiento de nuestro organismo.
Este último punto fue constatado por Elizabeth Blackburn, premio Nobel de Medicina en 2009, en estudios que llevó a cabo sobre los efectos de la meditación en nuestras células (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21035949/):
Intensive meditation training, immune cell telomerase activity, and psychological mediators. Psychoneuroendocrinology. 2011 Jun;36(5):664-81.
This is the first study to link meditation and positive psychological change with telomerase activity. Although we did not measure baseline telomerase activity, the data suggest that increases in perceived control and decreases in negative affectivity contributed to an increase in telomerase activity, with implications for telomere length and immune cell longevity
De todos modos, no se debe confundir la relajación con la meditación. Para la primera, con la quietud y el silencio es suficiente, para la segunda necesitamos, además de estos dos puntos, una técnica para desarrollarla ¡Ahora solamente falta que te animes a practicarla!
¡Ánimo!
COLABORADOR: José Ángel García González: Técnico Deportivo. Entrenador Regional por la Federación Madrileña de Karate, instructor de Chi Kung y terapeuta de Shiatsu Zen.