EL TEST MUSCULAR PARA DETECTAR SENSIBILIDAD A ALIMENTOS

En la década de los 60, el Dr. George Goodheart, DC quiropráctico estadounidense, descubre una interesantísima relación entre los músculos y órganos: comparten la misma vía nerviosa de envío y recepción de información. Relación fisiológica que ocurre en el cuerpo y que nos permite evaluar la función de los órganos a través de sus músculos asociados. Es decir, podemos evaluar la función del intestino delgado a través del tono de su músculo asociado (cuádriceps).

 

 

Es la base del test muscular.
El sistema nervioso se expresa a través de los músculos de nuestro cuerpo.
Este es el nacimiento de la Kinesiología. Desde entonces, múltiples doctores, quiroprácticos, osteópatas y médicos han investigado a lo largo de los años para enriquecer esta base con sus conocimientos y hacer de las diferentes ramas de la kinesiología, terapias con un potencial incomparable.

 

 

Una de las aplicaciones del test muscular es poder determinar si somos sensibles a un alimento (si nos da alergia, somos intolerantes a él o incluso supone un tóxico para el cuerpo, tratándolo a posteriori de la manera adecuada). Hay test específicos que me permiten diferenciar entre cada posibilidad y buscar la mejor solución adaptada.
A algunas personas no nos sientan bien ciertos alimentos, por muy sanos y de calidad que sean. Todos estos son algunos de los síntomas típicos de las sensibilidades alimentarias, alergias o intolerancias:

  • sensación de pesadez
  • hinchazón
  • gases
  • obesidad o pérdida de peso
  • diarrea y/o estreñimiento persistentes
  • dermatitis
  • asma
  • incluso migrañas

 

Es un tema apasionante al que dedico gran parte de mi consulta y que trato con mucha sencillez con el test muscular de Kinesiología, tal y como se muestra en estos videos.

El control de los alimentos a los que somos sensibles y el mantenimiento de una buena flora intestinal pueden cambiar radicalmente la salud de cualquier persona, sea un lactante (que adquiere las sensibilidades de su madre a través de la leche materna), un niño o un adulto.
Entre las sensibilidades más comunes encontramos el trigo, el gluten, el huevo, los lácteos y sus derivados. Os iré hablando de ellos ampliamente en próximos posts.
En la propia consulta testamos los alimentos, detectamos el tipo de sensibilidad que ocasiona, le buscamos una solución y establecemos una pauta de desensibilización adaptada a las necesidades personales de cada uno.
Sin ningún riesgo, rápido y con total fiabilidad.

 

“El cuerpo nos habla si sabemos escucharle”